Si sufre de ansiedad, tarde o temprano se pregunta si realmente está perdiendo la razón.
Se siente separado del resto del mundo, como si estuviera viviendo en su propia burbuja sin salida de emergencia. Piensa que debería calmarse un poco, manejarlo, controlarlo de alguna manera – sin embargo, no parece ser capaz de hacerlo.
No es un buen lugar donde estar. Pero, no está solo.
De acuerdo a MIND y el Instituto Nacional de Salud Mental, una de cada cuatro personas tiene problemas mentales en Inglaterra cada año, y cerca de uno de cada tres adultos en los Estados Unidos sufre de ansiedad en algún momento de su vida.
Eso es MUCHA gente. Realmente no está solo.
La buena noticia es que hay cosas que puede hacer para ayudarse; siga leyendo para ver algunas ideas.
Parte de lo que hace la vida difícil hoy en día es que mucho de ella está enfocada en lo que pasa en nuestras mentes, nuestros pensamientos y nuestras emociones. Y eso puede en verdad alimentar nuestra ansiedad.
Una de las maneras de calmar esto es enfocarse en el mundo físico para recordarnos que somos parte de él, anclados en la vida.
Aquí hay tres formas de empezar a hacerlo:
1. Lo Externo Adentro
Casi todos nosotros pasamos más tiempo adentro que afuera – y eso era antes de todas las restricciones que han hecho al 2020 un año tan fenomenalmente diferente. Pero la mayoría de nosotros en realidad podemos salir. Si puede, vaya a su parque o área verde local, o encuentre un árbol y párese debajo. Si no puede salir, tome una planta y ubíquese al lado de una ventana abierta.
Elija algo vivo y verde, como una hoja o una brizna de pasto – y mírela. Mírela con mucha atención. Gírela y mire su otro lado. Trace las venas desde el centro hacia las venas laterales más grandes y luego hacia aquellas que salen de allí. Mire cómo crecen las hojas en un árbol o una planta, espaciándose naturalmente, de modo que cada una recibe algo de luz. Absorba el patrón de la vida que vive ahí, creciendo desde la tierra hacia el sol, y mire el verdor con su ojo interior.

Enfocarse en la naturaleza ayuda a calmar todo. Mirar atentamente una hoja y pensar sobre su estructura y la vida dentro de ella ayuda a su mente a parar de dar vueltas en círculos cada vez más pequeños y permite que simplemente se relaje y sea por un instante. No tiene que pensar sobre usted mismo y todo lo que le está perturbando, porque ahora está pensando sobre el verde por un momento.
Haga un esfuerzo especial en disfrutar la belleza de las pequeñas cosas – el movimiento de las hojas con el viento, gotas de lluvia corriendo sobre el vidrio, las formas cambiantes de las nubes en el cielo, o un rayo de sol entibiando tu rostro.
Hace más de 200 años, William Blake escribió
“a los ojos del hombre de la imaginación, la naturaleza es la imaginación misma”. (3)
Entonces, trate y tome unos pocos minutos para focalizarse en la vida bajo sus pies, sobre su cabeza – o en su alféizar– cada día.
Hágase un espacio para que su mente corra libre.
2. Suelo
Caminamos sobre él cada día. Pero casi siempre sobre una capa de cemento o adentro de un edificio. Por debajo de todo lo que nosotros pisamos, está el suelo.
¡Y vale la pena bajar hasta él!
Algunos estudios han demostrado que estar en conexión con el suelo (a veces llamado enraizar o cable a tierra) puede reducir nuestros niveles de cortisol (nuestra hormona del estrés principal) y mejorar al ánimo.
Pararse, sentarse o acostarse en el suelo realmente le enraíza – puede sentir su centro y su conectividad a la tierra donde vivimos.
Inténtelo.
Tome una manta de lana o algodón (no una colchoneta de yoga) y un libro y recuéstese en un parque o en su jardín. Encuentre un árbol y siéntese en el suelo con su espalda contra el tronco y no piense en nada que no sea respirar por un rato. Si hace suficiente calor, encuentre un lugar donde sea seguro quitarse los zapatos y camine en el suelo por un rato. Aún caminando descalzo sobre el concreto o caminos de piedra ayuda a conectarse con la tierra y recordare que es parte de una totalidad viva mucho más grande.
Piense en estar sobre la tierra y estar realmente enraizado.
Sea parte del mundo del cual usted es parte.
3. Salte
Salte por placer.
Todos hemos oído la expresión.
Pero aquí hay un secreto: puede saltar usted mismo para encontrar placer.
Saltar es una manera sencilla de hacer ejercicios en pequeñas etapas realizables. Sin duda puede comprar sogas de saltar brillantes y de alta tecnología, pero hay muchas otras más baratas, versiones estándar en internet – o podría encontrar una en su local de ventas de caridad. Al fin y al cabo, casi cualquier soga servirá para empezar.
Puede saltar frente a su casa si no vive en una calle con mucho movimiento, o a la vuelta de la casa si es más tranquilo. Puede saltar en el jardín o en el parque – o aún en el pasillo si no molesta a nadie o rompe la porcelana.
Puede establecer su propia meta como le convenga: de 10 saltos hoy y 11 mañana y 12 el día siguiente – o puede ir directamente por una maratón de 100. Puede trabajar en pos de una meta y superarla, o simplemente hacer lo que sienta cómodo.
Y en el proceso de saltar elevará su ritmo cardíaco, su sangre se bombeará por todo su cuerpo, sus pulmones trabajarán más y ayudará a que las toxinas que su cuerpo necesita eliminar empiecen a salir.
Todo su sistema se despertará y recordará que es una unidad viva y funcional. Y las probabilidades son que terminará sintiéndose de alguna manera más animado (o alegre).
Barato, fácil, rápido e interminablemente flexible.
Salte a diario si puede.
Es una buena manera de ponerse en movimiento.
Sólo una cosa
Nada es una solución instantánea y puede ser difícil intentar con algo nuevo cuando uno se siente realmente deprimido.
Entonces tome una cosa y trate de hacerlo todos los días por tres días.
Luego intente por una semana.
Luego intente dos cosas en uno de los tres días.
Poco a poco mire si puede fortalecer lo que está haciendo. Use sus decisiones como puntos de partida en el día y trate de aferrarse a ellos.
Puede ser que deba empujarse a sí mismo para empezar, pero es sorprendente la diferencia que pueden hacer aun pequeñas cosas si las mantiene.
¡Un paso a la vez es una buena manera de ponerse en marcha!
Su próximo paso
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Baje su copia de Mejorándose realmente aquí y aprenda lo que nadie nunca le dijo sobre su salud.
Bananas y pingüinos
¿Y de dónde vienen las bananas y los pingüinos? Bueno, si mira el video de la canción de Queen “Me estoy volviendo un poco loco” los verá a ambos :).
2 – https://www.nimh.nih.gov/health/statistics/any-anxiety-disorder.shtml
3 – William Blake, 1799, Letter to Revd Dr Trusler